Para un mejor entendimiento
de la estructura tributaria del país, es necesario definir que se considera un
tributo. Según el estado peruano existen
tres tipos de tributos los cuales son: Los impuestos, tasas y contribuciones.
Los impuestos se caracterizan por qué no
originan una contraprestación directa en
favor del contribuyente por parte del estado[1]. Las contribuciones se
caracterizan por que estas están
destinadas a financiar obras públicas o actividades estatales[2]. Las tasas se caracterizan
por generar contraprestaciones a favor del contribuyente por parte del estado[3]. Este análisis considera que cualquier
exacción coactiva (tenga o no contraprestación) por parte del cualquier dependencia del estado (gobierno
central o gobiernos locales) que disminuya el patrimonio y/o la renta de un
sujeto económico (individuo u empresa) debe ser considerado un impuesto.
El gobierno de la Republica del Perú, como todo estado capta ingresos fiscales a
través de los impuestos que impone como gobierno central, tanto a individuos
como a empresas privadas. Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el año 2012 el estado logro
recaudar mediante la Superintendencia
Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) 84,079 millones de nuevos soles en todo el
país.
Gráfico
1
Fuente: BCRP 2013
Elaboración: Propia
El Gráfico 1, muestra la
evolución de de la recaudación nacional si bien la serie evidencia un
comportamiento creciente y los valores
parecen ser relativamente grandes, según las estimaciones del BCRP esta podrían
llegar a ser el 16%[4]
del PBI.
Pero no solo el nivel de
recaudación es importante, sino la estructura tributaria es la que debería
cobrar una mayor importancia para el análisis. La mayor parte de los ingresos
tributarios totales que percibe el gobierno central provienen de los impuestos,
su participación aproximada durante el año 2012 es de 88%, las contribuciones
sociales (Essalud, ONP, Asistencia previsional) representan 11% y el 2%
restante corresponde a ingresos no tributarios, que casi en su totalidad son
captados del sector minero (regalías y gravámenes especiales)
Gráfico
2
Fuente: SUNAT
Elaboración: Propia
Los impuestos pueden ser
divididos en dos tipos, los impuestos directos y los indirectos. Los impuestos
directos gravan directamente la riqueza de los individuos, mientras que los
impuestos indirectos gravan al consumo, recayendo en el costo de algún bien o
servicio.
Dentro de los impuestos
directos se encuentra el Impuesto a la Renta (IR) en todas sus categorías. Por
otra parte, en los impuestos indirectos
encontramos el Impuesto General a las Ventas (IGV), el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) y otros impuestos
al consumo. El IGV como su nombre lo dice, es un impuesto que grava a todas las
ventas de productos o servicios que realizan las empresas formales dentro de la
economía, actualmente la tasa a la cual están afectas las ventas es del 18%.
Asimismo, el ISC grava la venta en el país (productores e importadores) de
bienes como combustibles, vehículos, bebidas alcohólicas, cigarrillos, agua
gaseosa y mineral, artículos de lujo, juegos de azar y apuestas. Las tasas que
gravan fluctúan entre el 0% y 50%, dependiendo del bien o servicio prestado[5].
El año 2012, la mayoría de de los ingresos
tributarios (61%) provinieron de impuestos indirectos y resto (39%) provino de impuestos directos.
Gráfico
3
Fuente: SUNAT
Elaboración: Propia
La mayor parte del impuesto
a la renta que se recaudo (56%), corresponde
a la tercera categoría en la cual se encuentran las empresas privadas
formales. El segundo mayor componente del impuesto a la renta corresponde a la
quinta categoría (19%) en la cual están todos los trabajadores dependientes de
las empresas privadas. Es decir, los trabajadores que están correctamente
empleados por las empresas formales.
Es importante resaltar, que
dentro del impuesto a la renta (39%) que se recauda de las empresas 6%
corresponde a las pequeñas y medianas empresas, el 33% corresponde las grandes
empresas ( 14% proviene de los Megas, 9%
de los Top y 10% de otros principales contribuyentes)[6]. Es decir, que las 254
empresas más grandes que se tributan en el país (54 Megas y 200 TOP) aportan
cerca del 18% de los ingresos
tributarios.
En el caso de los impuestos
al consumo y a la producción la mayor
parte de este (90%) corresponde a lo recaudado mediante IGV y el resto corresponde mayoritariamente al ISC. Si
entendemos el panorama global de la recaudación nacional descansa sobre la
presión tributaria que ejerce el estado hacia los contribuyentes formales,
entendiendo como formalidad a las empresas (y/o individuos) que declaran
correctamente la totalidad de sus ingresos y a los trabajadores dependientes de
las mismas empresas formales.
La situación actual de la
recaudación empeora, cuando se tiene en cuenta la extremada focalización de la
recaudación. Lima Metropolitana aporta el 82% de los ingresos tributarios y
ningún otro departamento logra superar el segundo mayor aporte que corresponde
a la de los departamentos de La Libertad y Piura, que aportan cada uno 2%[7], durante el año 2012.
A partir de esta descripción
de la estructura tributaria se pueden sacar algunas conclusiones del sistema
actual.
Una primera conclusión es
que dentro de la estructura tributaria actual, la mayor importancia la tienes
los impuestos indirectos y la menor importancia corresponde a los impuestos
directos. Los estudios[8] demuestran que los
impuestos indirectos tienden a ser regresivos, mientras que los impuestos
directos tienden a ser progresivos. Por la actual composición del sistema
tributario, este tendería a ser sistema regresivo[9].
Además, aparte de Lima Metropolitana existen otros
departamentos los cuales tiene un gran dinamismo comercial. Los datos obtenidos
revelan que existe una gran presión tributaria en las empresas formales
domiciliadas en Lima, si no existiera informalidad la participación de de cada
departamento dentro de la estructura tributaria del país, tendría que ser
proporcional a su participación dentro del PBI. Esta comparación evidencia la
inmensa erosión tributaria que ocasiona la informalidad. Esta menor captación
de ingresos repercute fuertemente en el financiamiento de servicios públicos
adecuados, limitando el presupuesto para la inversión en infraestructura pública,
y todos los medios necesarios para mejorar el bienestar social.
La política fiscal debe
cumplir con un rol estabilizador (ser expansiva en recesiones y ser contractiva cuando el ciclo económico
experimente una expansión) y también debe cumplir con un rol de promover la
equidad. Para lograr sus objetivos distributivos la política fiscal posee dos
instrumentos, los impuestos y el gasto público. Los efectos que tiene la actual
recaudación son mínimos. Una recaudación endémica no es capaz de solventar las
necesidades de gasto que necesita un país que quiera crecer, no solo en el
aspecto económico, sino en el aspecto distributivo. La baja recaudación impide
financiar las prioridades del gasto público: educación, salud e
infraestructura. Si bien, en los últimos diez años la recaudación ha mejorado
considerablemente, esa mejora no es fruto de un mejor sistema tributario, ni
mucho menos de una mejor administración tributaria, es fruto de la mayor
presión a la que están expuestas las empresas privadas. Esta mayor presión
desincentiva a que las empresas privadas se
mantengan en la formalidad, aumenta la tasa de mortalidad de las
empresas privadas y desincentiva la inversión
extranjera en el país. Empujando cada vez que
más empresas privadas se mantengan en la informalidad y puedan proteger
la integridad de su patrimonio e ingresos. La empresa privada está expuesta a
una alta tasa de impuestos y en contraparte recibe unos servicios públicos los
cuales no están al mismo nivel que su tributación. Limitando más aun el
crecimiento de la actividad empresarial del país.
Para mejorar la actual
estructura tributaria del país, considero que el primer problema a tratar debe
ser la informalidad que se experimenta. Si se logra controlar y reducir la
informalidad sería posible aumentar la
recaudación total incluso reduciendo los niveles de impuestos. Puesto a
que la menor recaudación individual, debida a menores tasas de impuestos podría
ser compensada con la mayor cantidad de contribuyentes que entren al sistema. Actualmente, no se
puede asegurar a ciencia a cierta que si
las tasas de impuestos bajen, la recaudación aumente, puesto al alto nivel de
informalidad esa relación podría no concretarse. Algunos autores consideran que presión
tributaria deberá ocurrir como
consecuencia del crecimiento económico, esto liberaría un poco la carga a las empresas formales, pero no habría
los suficientes recursos para mejorar los servicios públicos, sin considerar
que volver a la recaudación volátil y dependiente del ciclo económico, en
especial con las actividades relacionadas a la minería.
La medida ideal sería elevar la recaudación de
impuestos permanentes (no volátiles) de manera sostenida y gradual, mediante la
ampliación de la base tributaria (la cantidad de contribuyentes), no vía
elevación de impuestos. Además, de
reducir la informalidad, es necesario simplificar los ciertos regímenes
tributarios. Eliminar impuestos que tengan una mínima o nula recaudación. Una
reducción gradual del IGV y de los Impuestos de Promoción Municipal (IPM).
También es necesario implementar una nueva estructuración del impuesto a la
renta de personas naturales, generando deducciones razonables en caso tengan
gastos en educación, salud y cargas familiares. Reestructuración del Impuesto Selectivo al Consumo, cambiar las
tasas para desincentivar la contaminación y la desventaja que ocasionan. Descentralizar la carga
tributaria a lo largo de los departamentos del Perú, para esto debe ser
necesario fortalecer las administraciones tributarias locales e implementar
Servicio de Administración Tributaria (SAT)
en ciudades las cuales tiene un gran dinamismo comercial.
Biografía
- BANCO CENTRAL DE RESERVA DEL PERÚ (BCRP), Sitio web del BCRP. (Fecha de Consulta 7 de Setiembre de 2013)
- SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE ADUANAS Y ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA (SUNAT), Sitio web de SUNAT. (Fecha de Consulta 7 de Setiembre de 2013)
- MINISTERIO DE ECONOMÍA Y FINANZAS (MEF) Sitio web del MEF. (Fecha de Consulta 7 de Setiembre de 2013)
- ARIAS, Luis (2011) Política tributaria para el 2011 -2016. Lima: Centro de Investigación Económica y Social (CIES)